
En Growth 360 Lab, siempre buscamos formas de optimizar nuestra manera de trabajar, tanto para nosotros como para nuestros clientes. Buscamos ser altamente eficientes.
Una de las prácticas más transformadoras que hemos implementado es algo que, por supuesto, NO ES NUEVO, y tiene relación a organizar nuestras tareas diarias en bloques de tiempo de 30 minutos a 1 hora. Aunque pueda parecer una técnica simple y conocida, no todo el mundo la hace y nuestros resultados han sido sorprendentes: mayor claridad, menos distracciones y objetivos cumplidos de manera más consistente.
En este artículo, te compartimos cómo esta metodología ha impactado nuestra productividad y cómo puedes implementarla en tu equipo para maximizar resultados.
¿Por qué el bloque de tiempo es tan importante?
La técnica del bloqueo de tiempo, o Time Blocking, se centra en asignar períodos específicos para cada actividad, asegurando que cada tarea tenga su espacio dedicado. Esto evita la multitarea y la sobrecarga de actividades, problemas comunes que reducen la productividad en los equipos.
Estudios lo respaldan: Según el investigador Cal Newport, autor de Deep Work, dedicar bloques de tiempo a actividades específicas mejora la calidad del trabajo y la concentración, permitiéndote lograr más en menos tiempo.
Nuestro enfoque: Con bloques pequeños, se logran grandes cosas.
División de tareas: Cada tarea del día se descompone en actividades que puedan completarse en 30 minutos o 1 hora. Esto no solo da claridad, sino que también ayuda a priorizar.
Agenda visible: Usamos calendarios digitales compartidos para planificar el día. Cada miembro del equipo sabe qué tarea debe completar y cuánto tiempo tiene.
Disciplina en pausas: Implementamos breves descansos entre bloques, inspirados en la Técnica Pomodoro, para mantenernos enfocados y evitar el agotamiento.
Beneficios de planificar con bloques de tiempo
Reducción de interrupciones: Al tener un horario claro, sabemos cuándo podemos atender solicitudes externas y cuándo no.
Cumplimiento de objetivos diarios: Cada tarea tiene su espacio, lo que elimina la excusa del “no tuve tiempo”.
Trabajo más enfocado: Evitamos la multitarea, permitiendo que cada proyecto reciba la atención que merece.
Evaluación de prioridades: Si algo no cabe en el calendario, es una señal de que no es prioritario.
Si quieres implementar esta técnica, aquí tienes algunos consejos iniciales:
Comienza con una lista diaria: Divide tus tareas en bloques manejables y planifica cuándo las abordarás.
Usa herramientas digitales: Calendarios como Google Calendar o aplicaciones de productividad pueden ayudarte a organizar tu día.
Sé realista: No sobrecargues tu agenda. Deja espacio para imprevistos o tareas de último minuto.
Resumen
El bloque de tiempo no solo ha transformado nuestra forma de trabajar, sino que también nos ha ayudado a entregar resultados más preciso a nuestros clientes. Esta técnica que no es nueva, puede marcar una gran diferencia en tu productividad si la usas consistentemente.
Comentarios